martes, 21 de septiembre de 2010

Las orejas de Banksy

Pintada de Banksy en el Muro de Cisjordania, edificación que aún permanece en construcción desde 2002 y que persigue separar el territorio ocupado por asentamientos israelíes del espacio geográfico que comprende el país cisjordano, que cuenta con un 80 por ciento de población árabe.

En estos días, he coincidido, me (re)encontré, con varias piezas del "desconocido", o "reconocido", artista, grafitero, vándalo, o todo eso junto, Banksy. Este británico comenzó a realizar sus pintadas durante la primera mitad de la década de 1990 en Inglaterra, su trabajo combina la técnica de stencil como lo hizo el francés Blek Le Rat diez años antes en las calles parisinas.

Banksy, como lo hiciera Le Rat, inscribe su crítica sobre lienzos que en la mayoría de los casos no son suyos, o callejeros, o sobre murallas de separación con fuertes cargas simbólicas, como fue su trabajo en el Muro de Cisjordania (imagen que antecede estas letras). Recurre a un tipo de humor duro, que bien puede provocar la lágrima, no hay más que ver más abajo a dos gordos turistas- simpaticones- en una carreta guiada por un chiquillo lánguido, como uno de esos tantos que son explotados en cualquier parte. Con esta misma tónica risible, hay que detenerse, con ojos que saben observar, sobre su pieza de policías antimotines brincando o danzando de alegría en un amplio espacio verde. Introduce su ironía sobre la religión cuando plasma su visión de un Jesús consumista que participa de los usos y gratificaciones del mercado, como tú, como yo, como todos. De esta forma, utiliza íconos o signos de la cultura popular de masas, como a Ronald McDonald's y al ratón Mickey, entremezclados, o agarrados de manos, con imágenes emblemáticas que ejemplifican lo nefasto de la humanidad, qué más nefasto que el lanzamiento de una bomba atómica o el olor a grasa saturada (y mierda) de un hamburger de McDonald's. La guerra es un tópico medular en su obra, más abajo expongo una de sus piezas en la que podemos ver a soldados que pintan un símbolo de paz con sangre. ¿Nos suena familiar?

Sus mensajes invitan a la reflexión sobre el mundo. Aunque algunos lo han acusado de traidor, cual burro hablando de orejas, pues como suele suceder con lo que gusta mucho, o con lo que los órganos gubernamentales condenan y persiguen, su fama ha llegado a tal punto que el costo de un Banksy es más que un lujo, es innacesible. Algunas de sus piezas se venden por medio millón de dólares en prestigiosas casas de subastas. Brad Pitt y Angelina Jolie son tan fanáticos de este artista que ya tienen sus colecciones personales. Este hecho, también, invita a pensar el mundo en el que vivimos, del que Banksy¿?, o quien quiera que sea, claramente, es parte.

No deberíamos olvidar que el burro habla de las orejas, porque sabe cuán grandes son. Conoce cuánta costra se acumula dentro. ¿Cuán grandes serán las orejas de Banksy?






Un poco de Banksy:












Para saber más, lea una de las pocas entrevistas que se le ha hecho al artista: Entrevista a Banksy

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