lunes, 25 de mayo de 2009

Llegó


Qué nadie me venga a mí con la guasa. Qué nadie me venga con el embuste de que aquí no estaban locos por hacer espectáculo, sentirse víctimas-verse ridículos- usando esa cosa azul en la cara. Los dichosos tapabocas, pregúntele a un mejicano si la vainita esta es “funky”.

El puertorriqueño idolatra la palabra caos. Es como si se viniera cuatro veces corridas. Qué culpa tenemos, mira ese titular arriba. Nos han enseñado a ser histéricos.

Mañana un montón de gente en el trabajo estará hablando: “Ay, mandé al nene con "hand gel" a la escuela. Le dije que, cuando se comiera los mocos, no salude a nadie”. Dos o tres se lavarán las manos (meas) más de lo usual. Otros no saldrán de casa. Pocas personas irán al Parque de Bombas de esta ciudad del sur, "el foco de infección". Las góndolas de los supermercados quedarán vacías. Las gasolineras con filas de espera tipo Krispy Kreams. Y todos, y yo la primera, le temerán al estornudo. Perfecto, el pánico que nos encanta.

Aquí extrañaba que no llegara. “Hello, hasta en China, que está más lejos”, una nena con cartera Coach dijo mientras compraba agua en Ponte Fresco.

Estaba el loco que hace orilla implorando el aterrizaje de este virus grasoso y pegajoso. De seguro se tuvo que escuchar: "Diablo, podré joder al de Subway: "Ponte once capas de guantes, no toques la lechuga".

¡Qué alegría!

Fortuño está feliz, se siente en crisis. Jaime Rivera Dueño tendrá trabajo, tal vez deja de ser designado Secretario de Salud, y pasa a ser confirmado. ¿Su sueldo puede subir? ¿Tendrá escolta?

Cuidado que no sea este Don de 39 años de Ponce un invento, un enfermo fantasma para sacar y tener que pagarle algo a alguienes. Posiblemente, ahora habrá que aprobar con más prisa las APP. Glaxosmithkline necesita resolver esto con premura y, sobre todo, con la ayuda de Walmart, Doral Bank y algún mortgage.

(Tengo mucho ánimo cuando escribo este mensaje)