jueves, 3 de septiembre de 2009

Dios los bendiga...

Con un "Dios les bendiga", Fortuño bendijo o cerró la conferencia de prensa en la sede de la agencia esa que "maneja las emergencias". Tuve que ver la conferencia para resaltar para el medio que trabajo que no viene nada. Que Érika fue otro "rehearsal" de tormenta.

Pasaron varias cosas que tal vez mi ojo aburrido, de estar tanto en casa, y que ya encuentra hasta a Silverio Pérez cómico, notó. Primero, hubo un bache bien particular cuando no aparecía Israel Matos, el director del Servicio Nacional de Meteorología. Quizás el don, con un acentito medio agringolao, tuvo que hacer alguna visita de emergencias; normal, como será el día de mañana.

Sí sé por qué cada vez me cae más mal Fortuño. Pero tengo que darle que domina muy bien el arte de delegar. Estableció muy bien sus jurisdicciones, los alcaldes son responsables de X cosa, de las que él claramente se lava la manos. Sus jefes de agencia, o el de Salud, respondió lo que estoy segura que Fortuño ignora y poco le importa conocer. Bueno, me pueden decir que para eso están los secretarios, para responder esas preguntas que van dirigidas a ellos. Pues es verdad, pero verle la cara esa a Fortuño de tan ignorante y desentendido me provoca retortijones severos, de seguro los que le dieron a Matos (por eso salió de la sala, por eso el bache).

Y me parecieron algo estúpidas algunas de las preguntas de los compañeros periodistas. Pero no resaltaré ninguna, aunque ya aludí a la que me refiero, porque me puede traer regaños por boquiabierta.

La cosa es que Érika no viene, que se deprimió y necesita prozac, como Fortuño que cada vez tiene menos pelo.

Otra vez nos deja un fenómeno atmosférico con las ganas, con las tormenteras sin montar.

Dios me los bendiga...

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