jueves, 12 de marzo de 2009

Aborto

Otra medida de avanzada. Las senadoras penepés Migdalia Padilla y Kimmey Raschke indicaron que no favorecerán el nombramiento de Johanne Vélez como procuradora de las mujeres. Según sostuvieron las legisladoras, la designada apoya la ley vigente sobre el derecho al aborto.

Este tipo de noticias son las que me sacan por el techo. La verdad que no conozco en sus méritos a Vélez, nominada por el gobernador Luis Fortuño. No sé quién es o, concrétamente, cuál es su plataforma de trabajo en pro de la equidad. Habrá que investigar eso.

De esta forma, el tema del aborto es un asunto serio. Delicado. Trastoca a los religiosos. Levanta grupos Pro Vida. ¿Pero qué vida es la que están en pro?

Traer un niño al mundo no es chiste. Bastante asqueroso nos toca respirar como para no pensar. Son decisiones. Básico, es mi cuerpo. Es prerrogativa de cada una de nosotras. A lo largo de la historia, han habido formas de controlar la natalidad. No cabríamos ahora. La idea de levantar una familia (para que sea productiva y funcional) en esta sociedad tiene que ser con algún mínimo de pensamiento, darle casco.

Por eso vemos las chamaquitas con nueve hijos y una barriga arrastrando un carrito de compra en Topeka. Luego esas madres gritan. Les dan cantazos a sus hijos en público. Les amenazan con que no los llevarán a Burger King o no les comprarán los tenis Converse.

¿Nos preguntamos por ellas? ¿Cómo se sienten?, digo, lo sabemos, jodías.

¿A esas muchachas les habrán hablado con madurez y cordura sobre la posibilidad de terminar su embarazo? ¿Les habrán dicho que NO se tienen que casar porque quedaron preñás? Obvio que no, si el Departamento de Educación no sirve, censura libros que hablan de sexo. Entonces Dios hizo los cielos y la tierra.

Vamos cada vez más y más hacia atrás. En Estados Unidos, Obama botó al zafacón la orden moralista de Bush de no estudiar las células madres. Importantes estudios sobre enfermedades saldrán. Esperanza de vida para los que ya han vivido esta vida, con sus pros y sus muchos contras.


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