viernes, 29 de mayo de 2009

Desempleados

La sociedad no le importa nada a los socios, esos con sus carros caros y sus relojes que no marcan el tiempo real, el tiempo de los más. Mas sí el de un Wall Street, mas sí el de sus intereses, el de sus planes con ceros desmedidos.

Nos gobiernan las manos de contables, de gente económica, matemáticos, ignorantes, humanoides egoístas y hasta contrabandistas que nunca han dado un tajo. Pero por ellos votaron. ¡Y esto es democracia!

Hoy, continúa la masacre laboral de 7 mil y pico de empleados públicos (otra de las medidas de esta maldita Ley 7). Seremos nosotros- los de abajo- los que pagaremos el mal manejo de los Guaynabo City sons.

Mientras tanto, un consejero que podría recomendar sosiego, a la vez que gana unos milloncitos en Univisión, el ex padre Alberto Cutié, se pasa a la iglesia episcopal. Qué nos eche su nueva bendición porque parece que a Dios se le pasó salvaguardarnos. ¿Nos habrá olvidado?

Dicen que esta recesión mundial viola los derechos humanos, eso concluyó Amnistía Internacional. ¡Gran hallazgos! Sin embargo, arriba tarde. Ya nos habíamos dado cuenta. ¿En verdad tendrán derechos los humanos?

Esta falsedad de los ricos dejó de ser privada. Tanto que se quejan del gobierno, pero si con tanta alianza y con tanta medida de rescate financiero legitiman el mismo intervencionismo estatal tan temido. El botín para los menos, y los más respirarán sin na'.

Los servidores públicos lloran, todos lloraremos. Entramos en una oleada de criminalidad. A muchos se nos caerá el pelo. Y el wallet será innecesario llevarlo en la cartera. ¡Ay, bendito!

(No puedo ser positiva)

La entrada de José Saramago en su blog nos ilustra

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